Tener relaciones sexuales con alguien a quien amas, puede ser la mejor cosa en el mundo. Sin embargo, si la rutina se apodera de la vida sexual, las relaciones pueden ir en picada, y por supuesto se reducen cada vez más la frecuencia de los encuentros. Quienes tienen la opción de explorar la creatividad y la audacia por medio del sexo tántrico no padecen de falta de opciones sexuales para darle vida a cualquier relación. Esto es lo que sucede con el sexo tántrico, el cual es considerado por muchas personas como algo de otro mundo. Pero ¿Cómo hacer sexo tántrico?
Pues bien, el sexo tántrico no es más que una forma de sostener relaciones sexuales, que se centra en el placer generado por la duración de las relaciones sexuales. Cuanta menos prisa corra por alcanzar el orgasmo, mayor es el placer. Es como si la noción del tiempo se perdiese durante el acto sexual. Así, la satisfacción se incrementa a través de cada caricia y cada toque.
En lugar de concentrarnos en el orgasmo como objetivo final, el sexo tántrico busca obtener el mayor placer posible en el recorrido de esa ruta que nos lleva a ese punto final. Por supuesto, la pareja debe estar muy relajada para iniciar, dejando atrás cualquier tipo de preocupación que no sea el progreso de la relación.
Uno de los aspectos más destacados de sexo tántrico es el poder dado a la figura femenina, vista como una especie de deidad. Por lo tanto, las mujeres son en gran parte responsables de la conducción del sexo tántrico. La dominación de las mujeres sobre los hombres se presenta en diversas formas, incluso en las posiciones elegidas, especialmente aquellas en las que la mujer está sobre el cuerpo del hombre.
Para tener éxito, el sexo tántrico debe incluir una gran cantidad de intercambio de caricias, la contemplación del cuerpo de otra persona y el intercambio de palabras llenas de afecto. La entrega debe ser total.
¿Cómo hacer sexo tántrico?
- Inicio con caricias sutiles.
Para empezar, nada mejor que estar de pie frente a la pareja, intercambiando miradas de afecto y pasión, pronunciando palabras amorosas que incluyan elogios al cuerpo y a la personalidad. Poco a poco, vamos tocando el cuerpo suavemente, incrementando la intensidad de las caricias y subiendo así la temperatura.
- La penetración
En el momento de la penetración, ni siquiera debemos pensar en poner el pene dentro de la vagina de la mujer, con un movimiento rápido y brusco. Lo ideal es insertar el pene muy suavemente, justo hasta la altura del glande, agitando el cuerpo sin prisa, por lo que la excitación, aumenta gradualmente. Durante la operación, hacer pausas cortas en la penetración, utilizando otro tipo de estímulos. La penetración se hace muy lentamente, retrocediendo y volviendo a introducir, hasta que se logre la penetración total.
- El afecto nunca para.
Por último, recuerda que las caricias deben estar presentes durante todo el acto, especialmente en las zonas erógenas
, como el cuello, las orejas y otras partes del cuerpo que gozan de gran sensibilidad. Las palabras amorosas, las miradas y el cariño están presentes hasta el final.